Si tuviera que encontrar un sitio, para leer mi corazón, lo haría en el salón dormido, junto a un libro y a una canción. Podaría las paredes para ampliar m…
Hoy se apuesta a perder la dignida… se apuesta por el miedo y la menti… así como si nada, se apuesta sin p… El mundo perdió su apuesta al olvi… a los perdedores necesarios que sa…
Rostros cansados, manos frías la incertidumbre al terminar el dí… al volver al hogar Sueños heridos, ojos dormidos palabras dolidas, al terminar el d…
Sabes dónde nació la música, quizás no entendiste el origen, ni menos tu origen ancestral. Ya no quedan peces en el lago, el Victoria y el Nilo agonizan,
La gran ola de plástico surfeada con la ignorancia, tiene fuerza devastadora. Se lleva el futuro por delante como un tsunami de tristeza,
Cuando siento tu ausencia, veo tu… la anatomía del abrazo que dejaste las horas retenidas que no pueden… Cuando siento tu ausencia, no es q… es que me da rabia no construir má…
La cama de Onetti tiene un colchón incómodo, con visceras de boxeadores y perdedores suicidas. Astilleros con esqueletos
El viento sobre tu pelo. La luz olvidada de una estrella. Los caminos invisibles en tus ojos… El hilo de luz de una ventana. Los pasos perdidos en el asfalto.
Nuestra justicia es una canción de… armas sin balas en un desierto de… es todo aquello que olvidamos en u… también el verbo que desheredamos… Nuestra justicia es pensar que som…
Todos apostamos, mutuamente, insolventemente, anímicamente, automáticamente,
Una noche fría en una parada de bu… alguien pregunta inseguro su estac… Se besan escondidos dos supervivie… de un día que se quedó escaso. Tan pequeño se quedó el día,
Existen balcones para cada rincón… los hay estrechos con rejas de mie… prisiones creadas por no soltar el… Hay balcones de hipocresía de años… con deudas por no pagar con nuestr…
Nunca entendí el querer parecer, ese pretender ser espejo de algo fingir ser los pasos de otros paso… perder la esencia por dos mangos Que necesidad querer parecer,
La piedra erosionada. El humus del bosque. La seda de tu vestido. Los surcos de mis manos. Las líneas de la madera agrietada.
A quién se le ocurrió el miedo, ya que nacer en sí es un acto hero… una casualidad en el aleatorio uni… Las estrellas con su letal hidróge… los agujeros negros tienen un hori…