Llueve a cántaros pero no puedo escampar ni usar un paraguas para el aguacero de mi corazón.
Han sido varios días, que percibo como siglos, desde que nuestros caminos tomaron rumbos distintos. Dime quien eres.
Te vi en otro mundo, bajo otro cielo, entre otros brazos; nos separaban kilómetros de casas
Cambiaste de vida, de ropa, de casa, de ciudad y de amor:
Volver a sentir vida después de mucho tiempo, escuchar vinilos, dormir de a ratos, cocinar al natural,
Hace dos años un catorce de agosto se detuvo el tiempo en una estación. Por un accidente
Tus ojos son un firmamento poblado de estrellas, un telón de teatro que oculta la gran obra, un repelente de depresiones,
Aunque ya nos separaba un universo de edificios, de personas y problemas, la verdadera distancia la marcó tu indiferencia.
Conectaron sus universos sin decirse nada porque no era necesario, porque no eran capaces de hacerlo. Conversaron sin hablar,
Y que aun cuando no puedas ver nad… puedas verme a mí, quieras verme, y yo te ayude a poder ver las cosas como no las has visto.
Me gustaría verte sonreír una vez más, escuchar tu risa, mirarte a los ojos, otra vez.
Porque cuando no te busco Te encuentro Y cuando no pretendo encontrarte Te veo. Porque jugar a las escondidas
Y es que, para serte sincera, nunca he dejado de amarte, simplemente dejé de necesitarte (pero me muero por verte).
No me gustaría dedicarte poemas, ni siquiera unas pocas líneas, ni canciones o dibujos, ni frases de amor ni de odio. Es más, ni siquiera quiero
Me paseo entre cuatro paredes, pateando recuerdos, corriendo papeles, nadando en mis miedos. No te perdí,