El viento mueve aquel gris ansioso.
Será una noche pluviosa
nos bañará el cielo desesperado,
mas en mi mente ya llueven recuerdos de ti.
¿Qué me pasa contigo, jardín de misterio?
Pues como investigadora intenté descifrar tu enigma,
tirando laberintos de letras a la basura,
nada apareció, el corazón seguía vacío.
¿Qué me pasa contigo, mar de viento?
Pues como ave quise levitar en tu pensamiento;
sin plumas, agotada, me rendí,
aventando remolinos de miradas al campo de lo evitable.
Las gotas aún no caen del cielo.
El vacío no es tristeza, es confusión,
pues ni me pierdo ni me encuentro
simplemente somos, sin orientación realizando hallazgos.
El sentido de llover deja su respuesta aquí.
He abandonado el ser naturaleza creada
ahora sin espejismos incesantes,
pues todo pasa cuando soy, cuando simplemente soy contigo.