Adiós, querido mejor amigo.
No tengo palabras para iniciar esta carta, intento recordar pero la nostalgia siempre me alcanza, y es allí, donde borro los palabras.
Levanto la mirada y bebo de mi café, aquel que nunca faltó en las aventuras donde tu siempre me invitaste.
Tu presencia desde otro estado no tenía final, por texto o video llamada, platicábamos de nuestros relatos; de amor, de trabajo o simplemente porque nos extrañábamos.
Sabíamos todo del otro, encontrabas la manera de hacerme reír, aunque tu no estuvieras tan feliz. Lo hacías todo por mi.
Me enseñabas las mejores canciones que te encontrabas por tus rumbos, y con tus peleas de rap, me dedicabas rimas que me hacían viajar.
Siempre con buen sentimiento yo miraba tu rostro, me importaban mucho aquellos movimientos traviesos, quien diría... que en unos años seríamos dos extraños.
Dime querido amigo, por que te enamoraste de mi? Fuiste mi héroe convirtiéndose en un moustro feroz, llevándome al acecho para conseguir lo que todos siempre han querido atacar.
Dime... Por que no simplemente me confesaste tu amor? Así yo entendería y no te hubiera llamado mejor amigo.
No puedo continuar esta carta, siento desesperación por todo lo que yo te diría y no encuentro final.
Aún así, las palabras no se escriben y la nostalgia acata otra vez con lagrimas sobre el papel, lo siento querido amigo, esta noche no sabrás lo mucho que me hubiera encantado estar contigo.
