#Colombianos #Mujeres
Cuando el dolor ha triturado ya el… y sólo habla el silencio al corazó… y deshila penas y memorias viene tu nombre hasta mi cuarto a… Con un galope seco viene tu nombre…
Hay penas que terminan avergonzándonos: zonza, desprestigiada, monocorde como el zumbido del moscardón contra el cristal o…
¿O siempre ha sido tarde, amor, au… el tiempo y el lugar y esta furia… Siglos y siglos y cualquiera diría que han venido a encontrarnos para… ¿Pero cómo se explica que sean las…
Dice Claudia que las tardes sombr… nos tranquilizan. Todo en ellas es… para el desasosiego entre sus fald… Es cierto, Claudia. En las tardes nubladas la vida pas…
Tu ausencia ha hecho que para mí la música sea… y que me duela Schubert de costado y que la lluvia su tintineo contra la ventana
Porque ahora paso mi mano sobe el… y si cierro los ojos oigo correr u… porque mi cuerpo comienza ahora en… donde alcanzan tus brazos y el mie… y sé llamar las cosas
Por el camino de tu lengua yo podr… hasta la negra Abisinia o cabalgar hasta Bengala o Nankin porque ella es sabia como un viejo… enseña sobre el cielo
Escucha, amor, ¡viene la muerte avisando! Oye entre las duras piedras su rumor. Viene la muerte al galope
Nunca fue tan hermosa la mentira como en tu boca, en medio de pequeñas verdades banales que eran todo tu mundo que yo amaba,
Tantas cosas han sido y han pasado… Como viejas palomas mal heridas, llenas de costras, de lastimaduras… las paredes de cal donde el tiempo… Y va la soledad pegada al viento.
La luna brilla con ese furor ciego que es señal inequívoca de que ha llegado el tiempo fértil… Huele a la piel rayada de los tigr… a orquídea que se abre,
Para tus ojos quisiera yo beber el dulce azogue, y amanecer cubierta de polvo de me… como una joven faraona muerta. Robarles su color a los almendros,
Empotrado en la noche de la alcoba el espejo tiene la lucidez de los oráculos. Sobre la superficie de su luna la muchacha desnuda
Como un depredador entraste en cas… rompiste los cristales, a piedra destruiste los espejos, pisaste el fuego que yo había ence… Y sin embargo, el fuego sigue ardi…
Ese sonar de aldabas me levantó de… sobresaltó mi corazón dormido. Cuánto ruido trajiste a esta casa: Qué músicas extrañas, qué silencios no oídos.