#EscritoresColombianos
Han izado el amor. Lo están clava… coronado de ortigas y de cardos. Le han cortado las manos, han echa… sal y azufre en sus pálidos muñone… Ah, mi joven amado, el tiempo es b…
No insistas. Alguien allá a lo le… Alguien destaza el corazón del tie… Alguien allá a lo lejos acaba con…
Ese sonar de aldabas me levantó de… sobresaltó mi corazón dormido. Cuánto ruido trajiste a esta casa: Qué músicas extrañas, qué silencios no oídos.
Uno a uno han llegado los hermanos atendiendo al llamado desnudo de l… Regresan de sus altas ciudades invernales con sus abrigos fúnebres y sus peq…
Tu boca viene a mí, solo tu boca. Viene volando, libélula de sangre, llamarada que enciende ésta mi noche de ceni… Toda la sal del mar habita en ella…
Cuando el dolor ha triturado ya el… y sólo habla el silencio al corazó… y deshila penas y memorias viene tu nombre hasta mi cuarto a… Con un galope seco viene tu nombre…
Aquí dijiste... Aquí dijiste: “son hermosos los ojos húmedos de los caballos”. Y aquí: “me encanta el viento”.
Ahora que ya remonto la mitad del… yo que siempre me apené de las gen… yo, que soy eterna pues he muerto… y que alargo mis brazos al sol en… en las noches y me canto canciones…
Hoy vi que a ese lugar donde te am… —y donde fue temblor nuestro silen… cuando anunció con voz eterna la a… que ya se alzaba el día— llegaban implacables los hombres c…
La noche, oscura loba, golpea las… con una lluvia airada. A lo lejos un monótono ruido de motores recuerda la ciudad que se desvela.
Hasta el fondo del vaso desde tu oscuro fondo caían las palabras difíciles amargas
Exacto y cotidiano el cielo se derrama como un oscuro… se agazapa a dormir en los zaguane… endurece los patios, los postigos, enciende las pupilas de los gatos.
Dice Claudia que las tardes sombr… nos tranquilizan. Todo en ellas es… para el desasosiego entre sus fald… Es cierto, Claudia. En las tardes nubladas la vida pas…
La luna brilla con ese furor ciego que es señal inequívoca de que ha llegado el tiempo fértil… Huele a la piel rayada de los tigr… a orquídea que se abre,
Como un depredador entraste en cas… rompiste los cristales, a piedra destruiste los espejos, pisaste el fuego que yo había ence… Y sin embargo, el fuego sigue ardi…