Sufrimiento que te ahoga
Contigo está y va conmigo
la desazón que nos une,
nos separa en otros tramos
además que nos destruye.
Unión de flores en ramos,
viles cuchillos que huyen
cortan la cuerda del mazo.
Tierna cuerda umbilical,
continuo hilo sin lazo.
¡No se rompa tu caudal!
En mí tu primera cuna,
entrañas llenas de luz
adornaron la esperanza.
Esa que perdura aún,
esa que nunca se va,
esa que mantienes tú.
Es bella tu juventud
y tu lucha en este plazo
por la vida en plenitud.
Si una batalla es perdida,
no abandonemos la guerra
que la siguiente es vencida.
Rompe la gruesa maroma
que te envuelve en la prisión
de esa barcaza de muerte.
El hacha la tienes tú.
¡Corte certero o… mil cortes!
¡Que navegue a la deriva
y se desguace en tinieblas!
Solo tú llevas la luz.
Esperanza que perdura,
esa que nunca se va,
esa que nos une aún.
