Me había sido tan ajena siempre, y hoy de pronto me descubre su color sencillo
Nada he sido nada soy sino escondida isla sin pájaros ni habitantes
Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando por los huesos
Times square Il pleut dans mon coeur... Verlaine Bulle la colmena —sin aparente propósito—
Yo imaginaba peces inverosímiles bajo ese mar que era –entre ocres… de un verde titubeante, cuando el ferry ancló en Ellis Is…
Tengo miedo. Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando
Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino.
Los incrédulos repetirán —una y otra vez— tu nombre, como lo hago yo en esta noche de turbia embriaguez
La memoria es una tumba abierta donde puedo enterrar la piedad por mí misma, mientras un felino se desliza muy suave
Amo mi casa por sus cuatro viejos costados llena de voces y ruidos: casa de adobe y machihembre que se queja por la noche
Solo como Borges en el fondo de la rosa torturado por báculos de plata espejos laberintos
Con ecos de casa vacía resuena tu nombre y se pierde en el laberinto de mi lengua. Desde este túnel
El invierno comenzaba, apenas, a mostrar su cuerno —largo y temible— de unicornio ciego. Inquietante,
Yo miraba tus manos e inventaba historias de aleteos sobre mis pechos, de roces suavísimos
Con sus garras de ónix, puntual, ordeña la muerte cada uno de nuestros días, y los sorbe insaciable