¡Dime qué dices, mar, qué dices, d… Pero no me lo digas; tus cantares son, con el coro de tus varios mar… una voz sola que cantando gime. Ese mero gemido nos redime
Llevabas con tu mano a tu hermanit… de la mano, las letras sobre el papel arando, y preguntab… «¿Qué dice aquí, Teresa?» «Te quiero mucho dice, mucho... mu…
«Tú has llorado»—te dije; y respon… «Es que me acabo de lavar los ojos… «Sí, por haber llorado...» «¿Qué quieres, Rafael? Estaba tri… ¿Motivos? Qué sé yo... necios ant…
Este buitre voraz de ceño torvo que me devora las entrañas fiero y es mi único constante compañero labra mis penas con su pico corvo. El día en que le toque el postrer…
Se muere aquel que ve la cara a D… vimos la cara a Dios juntos los do… tú ya te has muerto, yo sigo en el desierto marchando de tu santa huella en po…
No me preguntes más, es mi secreto… secreto para mí terrible y santo; ante él me velo con un negro manto de luto de piedad; no rompo el set… que cierra su recinto, me someto
Desde mi cielo a despedirme llegas fino orvallo que lentamente bañas los robledos que visten las montañ… de mi tierra, y los maíces de sus… Compadeciendo mi secura, riegas
¡Tu vida, vida mía, desprendida de la vida de Dios! Al llevártemela, apuré mi vida la vida de los dos! Al verte envuelta en funerales pañ…
«Los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él.» Es lo que dicen los tontos cuando han perdido la fe en su tontería misma,
Vidas de otoño son, crepusculares, con un sentido ambiguo e indeciso, sin que se sepa qué es lo que Dios… al crearlas decir. Con su pesares oscuros cruzan los campos y lugare…
Oye mi ruego Tú, Dios que no exis… y en tu nada recoge estas mis quej… Tú que a los pobres hombres nunca… sin consuelo de engaño. No resiste… a nuestro ruego y nuestro anhelo v…
Una noche serena de otoño vi a la lívida luz de la luna de nuestro árbol temblar en la cop… una hoja ya última. Y al llegar la mañana siguiente,,
¡Ay, este rosal regado con tinta, rosas de fuego que se sorbe el vie… Mi alma del gran misterio se halla… he de morir sin darla a nacimiento… Preñez de amor mi agonía prolonga
Con tus dedos ahuesados me persignaste en la frente para ahuyentarme cuidados que me nublaban la frente. Hoy cuando la frente inclino
No lo dudes, Teresa, fui Ramee y tú fuiste Julieta; no hay más que una pareja, que el… nuestro inmortal poeta,, va sin cesar rimando en rimas vari…