Por cosas del destino el hombre puede poner
Dos veces los pies en el mismo lugar,
Nuevamente aquí en estos pacillos,
Aquellos los de hace tiempo,
Los mismos a los que jamás pensé regresar.
Nueve y media de la mañana,
Se puede sentir el triste silencio,
Entre paredes manchadas y algunos escombros.
Lentamente me aproximo a aquel pequeño lugar de cuatro paredes
Lleno de momentos y experiencias gratas,
Podía escuchar de nuevo los gritos, opiniones y escusas irresponsables,
Podía escuchar todo hasta que en un segundo se apoderó de mí tu recuerdo,
El mejor de todos los años de mi vida.
Tu ahí, como cada día en el mismo sitio,
Con tu cabello castaño que cubría tu rostro claro
Con aquel resplandor que mataba de celos al propio sol,
Y estabas ahí con tus grandes ojos café claros
Aquellos que no me cansaba de admirarlos cada a día.
Recordé cada viernes triste
Porque sabía que no te vería,
Y cada alegre domingo
Porque te volvería a encontrar ahí
Como aquel primer día.
Recordé cada momento junto a ti,
Pequeños pero con mucho significado
Recordé aquella vez que me confesaste que soy diferente...
Como olvidarlo, mi corazón sonrió al escucharlo,
O aquella vez en la biblioteca, ambos estábamos nerviosos,
Pero tú saliste huyendo, quise detenerte pero no pude..
Recordé cada oportunidad perdida,
Esa donde tenía que decirte lo que siento,
Quizás sin importarme nada,
Esa donde tenía que serte sincero
Aunque sea solo para liberar mi alma.
Sé que pasaron ya los años
Apenas hablamos, quizás solo un saludo
Sé que pasaron los años,
Pero aún vive en mí tu recuerdo
Intacto como el brillo de tus ojos.
Hoy como ya no es de extrañar
Estoy pensando en ti escribiéndote estas
Líneas que esperan tocar
Lo mas alto del cielo... y
Encontrar al fin la forma de decir y
No ocultarte más mis sentimientos.