Otra maldita tarde de domingo, una de esas tardes que algún día escogeré para colgarme del último clavo ardiendo
Las palabras son inútiles, tercas,… como tornillos que no entran recto… Y me cansan. Pero son lo único qu… Los juguetes de un niño pobre. Yacen destripadas a mi alrededor.
«Esta luz, esta luz alicantina...», dije, llevándome a la boca el bote de cerveza. «Sí.» Era un 124 blanco, ¿no te a… La brisa
El mirlo de todos los años ha vuel… y todavía sigo aquí. Su música no cambia y eso ya lo he… Pero mi trabajo es constatar lo ob… y eso es lo que el mirlo me viene…
Cien incendios diarios en Galicia… Una extensión equivalente a 19 campos de fútbol de arbolado arrasada de 24 en 24 horas. 300 muertos en las carreteras
Me asomo a la terraza. Una mujer se arregla el pelo delante de un espejo en el edificio de enfrente de mi casa.
Hace falta estar a punto de morirse para caer en la cuenta de que nada en esta vida
No puedo leer un solo libro. Una sola página. Un solo párrafo. Ni una línea. No puedo escribir,
«Soy yo. Estaba por aquí abajo. Invítame a un café.» «Estoy un poco liado.» «Es igual. Tú sigues
Tú sí tú no tú sí tú no tú sí
La poesía es un arma cargada de futuro. Y el futuro es del Banco
Y ahora que estás en España que como ya sabrás
Las poéticas son un poco como los preservativos: si te tienes que parar, más vale dejarlo para otro día.
Las 00.30 y heme aquí fumando hasta matarme delante de una pantalla negra con manchas de verde embadurnándola.
Gente. Pedazos de carne con patas. Dos cosas que se llaman ojos.