Soy ese que de mí no sabe nada,
el que nunca me entiende
y sin embargo siempre me acompaña.
Soy ese que nació un día sin luna
y estrellas apagadas,
con cielo tormentoso de delirios
y de ansias inflamadas.
Soy ese que vivió en la noche oscura
sin los rayos de luz de claras albas
y que morirá un día del invierno
de gélida mañana,
con los sentidos llenos de rocío,
perdida en negra sombra la mirada,
y el corazón herido por latidos
que han azotado el alma.