#Españoles #Gallegos #Mujeres #SigloXIX (1884) En Sar del las orillas
Una Tras de los limpios cristales se agitaba la blanca cortina, y adiviné que tu aliento perfumado la movía.
Al oír las canciones que en otro tiempo oía, del fondo en donde duermen mis pas… el sueño de la nada, pienso que se alza irónica y sombr…
Cuando en las nubes hay tormenta suele también haberla en su pecho; mas nunca hay calma en él, aun cua… la calma reine en tierra y cielo; porque es entonces cuando torvos
Sed de amores tenía, y dejaste que la apagase en tu boca, ¡piadosa samaritana!, y te encontraste sin honra, ignorando que hay labios que secan
A un tiempo, cual sueño que halaga y asombra, de los robles las hojas caían, del saúco brotaban las hojas. Primavera y otoño sin tregua
Vosotros que del cielo que forjast… vivís como Narciso enamorados, no lograréis cambiar de la criatur… en su esencia, la misma eternament… los instintos innatos.
¡Oh tierra, antes y ahora, siempre… Viendo cuán triste brilla nuestra… del Sar cabe la orilla, al acabarme, siento la sed devorad… y jamás apagada que ahoga el senti…
Desde los cuatro puntos cardinales de nuestro buen planeta —joven, pese a sus múltiples arrug… miles de inteligencias poderosas y activas
¡No! No ha nacido para amar, sin… ni tampoco ha nacido para odiar, ya que el amor y el odio han lasti… su corazón de una manera igual. Como la dura roca
Cada vez que recuerda tanto oprobi… —cada vez digo ¡y lo recuerda siem… avergonzada su alma quisiera en el no ser desvanecerse… como la blanca nube
—Detente un punto, pensamiento inq… la victoria te espera, el amor y la gloria te sonríen. ¿Nada de esto te halaga ni encaden… —Dejadme solo y olvidado y libre;
Sintiéndose acabar con el estío la desahuciada enferma, —¡Moriré en el otoño! —pensó entre melancólica y content… y sentiré rodar sobre mi tumba
Desbórdanse los ríos si engrosan s… los múltiples arroyos que de los m… y cuando de las penas el caudal ab… se aumenta con los males perennes… ¿cómo contener, cómo, en el labio…
¡Silencio, los lebreles de la jauría maldita! No despertéis a la implacable fier… que duerme silenciosa en su guarid… ¿No veis que de sus garras
Los que a través de sus lágrimas, sin esfuerzo ni violencia, abren paso en el alma afligida al nuevo placer que llega; los que tras de las fatigas