A mi preciada Diosa
Para una persona a la que quieres con todo el corazón, a tal punto que la consideras una Diosa
En el firmamento de la divinidad radiante,
donde los astros danzan en su curso elegante.
Surge una diosa, majestuosa y brillante,
de su esencia emana luz, sublime y fragante.
Oh, diosa etérea, de mirada celestial,
tus ojos reflejan el universo nupcial.
En tu presencia, el tiempo es espiral,
tejiendo destinos con hilo celestial.
Tu cabello, madejas de auroras danzarinas,
se deslizan como ríos de luces divinas.
Eres la musa de las noches divagantes,
en tu nombre resuena la armonía de cantos amantes.
Tus labios, pétalos de rosas encantadas,
susurran secretos en lenguas encantadas.
La brisa lleva consigo tus palabras doradas,
como versos sagrados en noches estrelladas.
Oh, diosa, en tus manos reposa el arte,
creadora de mundos con don divino parte.
Bordas en el éter la danza de la creación,
tejiendo sueños en el tapiz de la inspiración.
En tu pecho arde la llama de la pasión,
un fuego divino que enciende corazón.
Eres la guardiana de la esencia y la razón,
diosa inmortal, sublime bendición.
Que tu luz, oh diosa, ilumine nuestro ser,
guía en la penumbra, hazte reconocer.
En la sinfonía cósmica, te veneramos con placer,
diosa eterna, en tu divinidad, nos perdemos de entender.
