Del libro Aquí no duele -50 poemas-, Buenos Aires, Ed. Vinciguerra, 2010
Vivam, parsque mei multa supers… Ovidio, Amores, I 15 Mi hija se somete a la disciplina de las letras alarga y encorva la mano
Es esa hora incierta en que en el aire sólo laten los relojes en la casa. Seis y algo ganas de seguir durmiendo
Quise despojarme ropa vieja una a una de las vanas ilusiones deshojada flor
Pero me atraen los muelles inútil resistencia humana la de los besos tormentosos noctil… en el delirio del dolor del deseo. Sólo yo y la noche
Aquel bosque filigranado de ausencias atrajo los recuerdos. La pausa del color despojó
Como quien va a arrojarse al agua para llenar los márgenes dispersos y con la boca de fuego acorralar las ataduras de los brazos orgasmar el eco de la montaña
No lo puedo creer boluda le dijo a alguien por teléfono cel… en el colectivo a mi lado se quedó pegado se colgó
Sin nunca haber amanecido golpe de sol en la luz de lo incierto. Pero antes preguntaba. Ya no
Ante una tormenta siempre el azaroso silencio para susurrar el antiguo dolor de estar viva. Los lugares las distancias
Tal vez alba rocosa de caníbal tristeza de andar desandando distancias decretando nuevos rayos de soles fabricando otros abismos.
Es un tembloroso papel hecho pétal… ese artefacto realizado con letras trastornadas de luz emulsionadas de emoción preludiadas con sonidos.
En tránsito de ilusiones perfume de piel de limón y sacar de debajo de la tierra cuánto de luz hay en la oscuridad cuánto de oscuridad hay en la luz.
Muy de vez en cuando cierro los ojos para asistir a ese encuentro. Domiciana Belén se llamó en esta… le decían Graciana
Canciones nómadas soledades de sueños enrejados ansia de ese juego de personajes y otra vez dedo a dedo su mano enmanada en la de él.
Tirando de la punta del ovillo el de las esperanzas y los sueños tenaz golondrina azul un viejo año se va memoria colectiva que se evapora