De «Un (casi) poema (malo) al día»
La veo acercarse, por mí. Sin traje de gala arrima, sin armas. De albo fulgoroso viste sus negras empresas. La veo cada noche, en mi cama,
una buena palabra por verso
—¿Me enseñas a escribir poesía? —Eso no se enseña. —¡Enséñame! —No la escribas. —Gracias.
lamento destruir sus castillos en… pero yo soy el hombre más rápido d… me lo imaginé ya a usted apuntándo… cuando todavía usted ni el disparo… y lamento destruir mis castillos e…
La señal del cosmos se trenza en e… para que yo, grillete último, líe… lo emancipe y lo vislumbre, vuelto un trapo, inmundicia, y con el pesado parpado,
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
Desperté dentro de un gato en su ú…
Soy poeta y no tengo remedio. Ni quiero tenerlo. Soy poeta, y es irremediable:
señoras y señores niñas y niños personas y personos quedan cordialmente invitados a to… y siempre para que crezcan grandes…
de mí cuelga una gota
una palabra por vez y
Para que el mundo siga girando me detengo de tanto en tanto a observar lo que está quieto e imaginar que sigue moviéndose. Muevo el mundo en mi mente
Huecos en la casa bolsas de alimento vacías manuscritos llenos.
así como ustedes tienen afán
Además una cosa: El poeta está ahí Para que el árbol no crezca torcid… Nicanor Parra Los malos poetas