De «Error binario del huevo de oro»
Nadie sabe para quién trabaja si su trabajo es escribir.
no me tiren tanta pregunta
La poesía es como los relojes: funcionan todos igual, pero diferente. Como el pan antes de serlo,
lo más cerca que estuve de su geni… uno, en la fecha del nacimiento dos, en el tamaño de la cabeza tres, en el gusto por el mismo tip… cuatro, en ir en pijama a un event…
de mí cuelga una gota
lo bueno de que toda la industria… esté más encochinada que la de las… la farmacéutica, aunque la otra ta… es que si usted, hombre de corta e… recibe el balón y está inspirado p…
—¿Cómo se llama esto? —Mar. —¿Y para qué sirve? —Para irse.
Alguien me dice que tiene una teor… Consiste en que todo lo que se nos… Simple. Cruda. Inteligente. Quien pagó esas palabras invirtió bien su dinero en mí.
Resulto ser la bala. Irrumpo en la batalla, busco el corazón de la guerra. De camino, mato lo que soy, siembro nuevos miedos.
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
el respeto al complejo ajeno
Desperté con la mitad de los ojos.…
es más fácil ahora antes
Por fin lo descubrí: el mundo es una ruleta rusa, y nosotros la bala.
—¿Me enseñas a escribir poesía? —Eso no se enseña. —¡Enséñame! —No la escribas. —Gracias.