#Argentinos #Mujeres
¡Ah, nada, nada es mío! Ni el tono de mi voz, ni mis ausen… ni mis brazos lejanos. Todo lo he recibido. Ah, nada, na… Soy como los reflejos de un lago t…
Nube que miras en lo alto del ciel… mi condición humana y modificas las formas de tu cuerpo y de tus c… si alguna vez he visto deshacerse tu cuerpo de caballo o de sirena,
A veces me pregunto, al escuchar como un recuerdo ya, el zorzal can… en los fondos más dóciles del sueñ… qué persigue la vida en su diseño y en qué nos tornaremos cuando nad…
Qué ángel te librará de la tristez… y te despertará un precioso día sin memoria de lo que te afligía y te dirá al oído: “Escucha y cesa tus llantos. En mis brazos no te p…
Envejecer también es cruzar un mar de humillaciones cada día; es mirar a la víctima de lejos, con una perspectiva que en lugar de disminuir los detalles los agranda. Envejecer es no pod...
En el verano de un balcón, en Fra… mirábamos los cedros extranjeros y un demasiado azul en la distanci… lago, lejos de ceibos y jilgueros. Nos gustaba una patria más vacía:
En tu jardín secreto hay mercenari… dulzuras, ávidas proclamaciones, crueldades con sutiles corazones, hay ladrones, sirenas legendarias. Hay bondades en tu aire, solitaria…
Caminábamos lejos de la noche, citando versos al azar, no muy lejos del mar. Cruzábamos de vez en cuando un coc… Había un eucalipto, un pino oscuro
Los delfines no juegan en las olas como la gente cree. Los delfines se duermen bajando ha… ¿Qué buscan? No sé. Cuando tocan el fin del agua
Mátame, espléndido y sombrío amor, si ves perderse en mi alma la espe… si el grito de dolor en mí se cans… como muere en mis manos esta flor. En el abismo de mi corazón
Él, que paseaba un día coronado de flores de durazno y de cerezo, el triste Okinamaro como un preso a la isla de los perros fue expuls… Cuando volvió al palacio oscuro, h…
Nos iremos, me iré con los que ama… dejaré mis jardines y mi perro aunque parezcas dura como el hierr… cuando los vientos vagabundos bram… Nos iremos, tu voz, tu amor me lla…
Del jardín se alejaba y volvía, aquella tarde, el cascabel de un c… Lo escuché todo el tiempo, hasta l… Como un recuerdo ya me entristecía… Subí a las barrancas del poniente
No lograrás que ciega sea tu frent… en tus cerrados ojos persistente será el mundo que has visto; sus r… serán los dibujados azulejos de trémula memoria que has guardad…
Como Casandra yo escuché tu paso en las baldosas de la galería. Como ella, adivinaba yo en los día… y en la voz recurrente del ocaso lo que ocultabas y conozco tanto.