Elizabeth no necesita su vida, ni siquiera cartas con frases de "amor", ella necesita los lugares que sola alguna vez camina, necesita los aromas que habitan en su mente, los rincones y...
Sensaciones de dormir inexistentes… Pulsos intermitentes. Ni amor ni odio. ¿Escuchas? El tictac sigue a la espera
Cuando el rostro desaparece y no hay en mí rastro de mujer ¿puedes tu noble hombre quitar el pegamento putrefacto que sostiene mi máscara?
Erase una vez los techos de madera… No estábamos solas.
He de contemplar muchos ojos en el cuarto verde, pero ninguno detenerse a complacerse en mí. Los que más recuerdo son los de Leandro con sus pestañas largas y las puntas rojizas por el ...
Eres. ¿Y a dónde vas? El canto de los pájaros dormidos. El alba cansada El amor derretido sin comenzar
De todo lo ocurrido siempre odié el recuerdo, los instantes, cúmulos intensos donde todo se vuelve concreto y se desvanecen como cenizas en el tiempo. Quédate un poco más. No deseo e...
Nace al ponerse el sol: Bertolt y la suave caricia, Histoire d’O al placer divino. Cabernet sauvignon, merlot y malbec seducidos
Antes me preocupaba si alguna situación me produciría alegría o más dolor. Ahora no tengo afán y mañana a quién le importará. Solo puedo pensar que este es el buen momento en que te pue...
Me duele el orto, no el orto vulgar popularizado por el cuerpo de las gentes, me duele el orto del espíritu. No me juzguen pues soy yo quien lleva esa subjetividad a su máximo escosor y...
Samael me contó una historia que al son de hoy no sé lo que es, pero me mostró con ella que el lugar de mayor riesgo para la vida de un niño empieza en el vientre de su madre solo por e...
Alguna vez quise, por un segundo estar tranquila. Hoy me encuentro en una posición que me disgusta un poco, debo serte sincera, y sabes bien que eres el primer hombre en lograr de mí es...
Levantarme, tocar tu puerta. Me invitas a seguir, entro. Bañas a Laura, visto a Laura, preparas desayuno mientras yo desenredo su pequeño cabello. Repasamos las tareas con ella. Salgo, ...
Estaré en casa cuando ella venga. Abriré los ojos para ver la tierra comunera nadar sobre nubes. Sientiré los helechos arrojar su aroma mientras las guacharacas en pareja aún se hablen ...
No me place saludarle pero necesito hacerlo. Así como usted deja sus cartas en la mesa y pone en ellas sus modos de ver y sentir el mundo, hoy yo hago lo mismo. No para echarle en cara ...