Es difícil empezar después de tanto tiempo sin poder hacerlo y más cuando paso de dormir tres horas diarias a doce o diecisiete, según las ganas de seguir haciendo absolutamente todo lo...
En el vértigo de la inconstante vi… La marea viene y va. Nos respira alma Nos respira olvido Nos respira tristeza
El espejo es un deshuesadero donde pocos se miran, todo allí pasa pero nada cambia. Tatjna en su reflejo
Quiero soñar contigo, hasta que tu llanto se anide en mi pecho y tu voz grite mi nombre sin rencor alguno. Quiero acunar tu cuerpo y devolverle a la caricia su poder de abrazo. Quiero d...
En la compañía de mi soledad mientras buscan sueños y se encadenan a ellos, yo dejo de estar atada a ellos. Con convicción no espero nada y conozco saber serlo todo y... si no concreto ...
Aquí estoy yo, con cuatro maletas y un montón de cajas, con las mentiras escondidas entre libros y los harapos que no se gastan por esa vieja maña de conservarlos como recuerdos vivos. ...
Erase una vez los techos de madera… No estábamos solas.
Él tiene cuarenta y cinco años, aún conserva el afro de la época y viste sus camisas de seda siempre impecables, sin manchas, sin arrugas. En el barrio todos los conocen por sus dotes f...
Cuando el rostro desaparece y no hay en mí rastro de mujer ¿puedes tu noble hombre quitar el pegamento putrefacto que sostiene mi máscara?
Me duele el orto, no el orto vulgar popularizado por el cuerpo de las gentes, me duele el orto del espíritu. No me juzguen pues soy yo quien lleva esa subjetividad a su máximo escosor y...
Escribir con la fuerza en que la s…
ME DESENTIENDO DE MI IDENTIDAD ¿POR QUÉ DEBO DECLARARLA? SOLO HAY UNA PERSONA A LA CUAL LE DEBE INTERESAR LA CONSTITUCIÓN DE MI SER Y ESO SOLO IMPORTARÁ CUANDO ASISTA A MI PROPIO PARTO,...
Hoy lloré por la vida que se ahoga en mares de inconformismos. Lloré porque vi en la madrugada el silencio perturbador mientras cruzaba toda la 30 para ir hacia el frío de esa que no es...
Tenía el miedo de que la vida me pasara, que no fuera yo quien con mis devenires brindara por ella. ¿Sabes? No ha pasado un solo segundo en que no sienta miedo, no te miento, tengo vei...
Yo soy la que está en tu recamara, yo soy quien carga tu centro de mesa favorito y, a quien cualquiera con sus pies quisera acomodar, incluso, yo puedo jugar contigo a sostener un lápiz...