Me atrapa un nauseabundo error en lo alto, la jerarquía del fraca… Rompo moldes de todos mis casos. No termino, no tengo valor. Juego a rayuela, observo el ocaso.
Pido disculpas, he errado: En la poesía he sustraído un azúcar amarrado a un lenguaje distinguido. Más en la prosa me distraigo.
Hirviente besa la sangre en su ofensa pecaminosa al posarse sobre la carne desgarrada y tan sabrosa. Éxtasis quiso ser,
Al son del eco el bandolero calla el habla del silencio. ¡Qué triste, bandolero! Cuando callas cruzas corte y cuando cortas catas credo;
Cuando la guerra estalle Y la tierra colapse Caerán bombas en tu casa. Acuérdate entonces de tu nación Tras las putas fronteras
Es toda arte un artificio de un en… en literatura la palabra susurrant… que acompaña a lo inferido e imaginado por sus seres errantes… No conozco arte más bello
Como una nube la oceánida elige el mar que la espuma cubre; y de rojo se tiñe. Como esponjosa nube
De papeles, la montaña que te ahorca en su sendero, todo aquel es testimonio si lo entierra su heredero. ¿Quién, tras ellos, escribe
Arco y chelo en su fricción, resuenan tras la madera, curva sed de perfección, curva y hiel de sus anhelos. Sobre las rizadas cuerdas
Nos acercábamos al bosque, ese lugar donde niños y mascotas corretean al son del baile en la mascarada. Yo y esa niña mora,
Redondez glaseada, su óvalo, en su azúcar, imprégnate, sangre m… nútrase anómalo órgano, expóliese en cada surtido; Uróboros, estudiante tardío,
Ojalá, León, seas campo alegre mayor; en la ciudad opaca, equidistante, no eres puente de amor. Ojalá, León, seas
Concédeme esta tentación, la ocasión de tumbarme en las ramas de tu cama. Te muestras, mujer fatal,
La senda manchada en refriegas denota escasez en la sed que de sangre empaña sus guerras. La guerra aclamada en hiatus se nutre en su pena,
Amo la intensidad con que pronuncias tus palabras Y las transformas en emociones que no marchitan ni se apagan. Esa feminidad