Abre sendas por los cerros, deja su huella en el viento, el águila le da el vuelo y lo cobija el silencio. Nunca se quejo del frío,

Un sueño soñaba anoche, soñito del alma mía, soñaba con mis amores, que en mis brazos los tenía. Vi entrar señora muy blanca,

En mis pagos hay un árbol, que del olvido se llama, al que van a despenarse, vidalitay… los moribundos del alma. Para no pensar en vos,

La hierba de los caminos la pisan los caminantes y a la mujer del obrero la pisan cuatro tunantes de esos que tienen dinero.

Gloria dejo en memoria, y estas razones aquí, del que no llore por mí, porque me quita la gloria. Vos como maire Señora

Dicen que los ricachones, caramba, están muy extrañados. Dicen porque los rotitos, caramba, se han puesto alzaos. Álzame esas paredes,

Voy a cantar el corrido de un hombre que fue a la guerra que anduvo en la sierra herido para conquistar su tierra. Lo conocí en la batalla

Donde cayó Camilo nació una cruz, pero no de madera sino de luz. Lo mataron cuando iba

Vidala, tengo una pena, te quise con mala suerte. Vidala, así es la vida, como pa’ querer la muerte. Mi sangre hubiera dado

Siete rejas, siete llaves, siete ríos, siete mares. Siete son los que te llevan, siete son los que te traen, siete son mis siete mares.

Yo no canto por cantar ni por tener buena voz, canto porque la guitarra tiene sentido y razón. Tiene corazón de tierra

Donde cayó Camilo nació una cruz, pero no de madera sino de luz. lo mataron cuando iba por su fusil, Camilo Torres muere

María, abre la ventana y deja que el sol alumbre por todos los rincones de tu casa. María, mira hacia afuera

En el centro de la pampa vive un pimiento. Sol y viento pa’ su vida, sol y viento. Coronado por la piedra

Cuando voy al trabajo pienso en ti, por las calles del barrio pienso en ti, cuando miro los rostros