Victoriano Crémer

Hombre habitado

Yo era un larguísimo corredor vacío;
asediadas de sombras mis paredes
en un abrazo desolado y yerto
de último adiós, sin esperanzas, mudo.
 
¡Oh, pasos resonados en lo hondo,
pasos tan sólo; fantasmal quejumbre!
Suspiros rebotados; inconcretos
deseos de nacer de un alma en vilo.
 
A mi quieto silencio no llegaba
el eco alucinado de la estrella.
 
La soledad tan sólo y el vacío
estirando mi piel hasta confines
donde, a veces, el pájaro de goma
se clava, en la avidez de su ceguera.
 
Mi resonante soledad sin norma:
ajena al viento, extraña al mar gimiendo;
inútil soledad deshabitada;
cáscara huérfana de gajos divinales.
 
¿Por qué soles y vientos y palabras?
¿Por qué espumas y pájaros y flores?
¿El Hombre es en sí mismo fango y nube?
¿Y sin él no aletea el Universo?
 
Lentamente, llamadas fulgurantes
ahíncan sus apremios en mi duelo.
Florece en mi dintel el nardo húmedo
y espadas amarillas lengüetean.
 
¡Oh, corredor vacío, violado
por ángeles de paz y de sosiego!...
¡Oh, largo espacio, desolado y mudo,
herido por el Verbo y por la Gracia!...
Plenitud de la sangre caudalosa
jugando a fecundar vértebras, venas...
 
Al fin tu planta, Dios, en mi silencio,
apretado de miedos como un bosque.
Tu eterna voz, sonando marinera
en mi vacío caracol humano.
 
Te siento así. Me siento por Tu peso.
Al fin soles y vientos y palabras
se espesan en mis sombras conmovidas
por Tu presencia en mí: Hombre Habitado...
 
Clarísima evidencia de mi alma
yo, el Hombre, cara al sol que centellea,
abandono mis nombres contra el suelo
que suena como un mundo abandonado.
 
Y me esgrimo a lo alto como un rayo
jubiloso entre nubes. Y me empino
tan cercano a Dios vivo que su aliento
me traspasa y me punza las entrañas.
 
¡Oh, plenitud de ser! Macizo goce.
¡Oh inmenso mar rompiéndose en mi frente!
(Sentirse gravitar sobre sí mismo
y, sin embargo leve, transparente, aéreo).
 
Te siento, sí, Me siento por tu peso.
Y soy en Ti porque tu voz me suena.
Porque tu fresco tacto derramado
desbordó las acequias de mi alma.

De Tacto sonoro, 1944

#Españoles #1944

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