Paso cansino, voz resquebrajada, respirar ansioso. La luna iluminaba su andar triste y solitario, su pensamiento se concentraba en una sola cosa; encontrar la forma de hacerla feliz. Son esas cosas inexplicables de la vida, que se transforman en momentos irrisorios, la verdad es que el ser humano es incomprensible, si está bien busca las formas de complicarse la vida, si está mal quiere estar bien.

En esa calles trastocadas por el sosiego de su ansiedad, que aunque suene contradictorio es asi, el silencio gritaba de forma desesperada su nombre, la luz de la luna llegó a opacar sus sentimientos y en esa búsqueda desesperada de calma y respuestas para su alma en pena, encontró una solución que pensó era la mejor.

Ante su desesperante e insaciable calma, el creía que la salida a todos sus problemas era acabar con la raíz principal de sus incomodidades, su vida. Vida que había dedicado por completo a hacerla feliz, pero que hoy, ya ella sentía que no quería compartirla con él.

Grito desesperadamente a los 4 vientos a ver si los dioses le daban una respuesta pero sus peticiones no fueron escuchadas, pedía al creador que se lo llevara de este vano mundo, de este esquivo, asqueroso y terrenal lugar llamado agonía.

Vida injusta la del pobre joven, hacía de todo por ser feliz, pero dentro de su aparente felicidad solo había tristeza y desasosiego. Abranse puertas del inframundo, dejen salir los demonios, cerberos espera por el para devorar sus pesares.

En esa búsqueda de paz y calma por esas oscuras calles, a la distancia, vio una silueta iluminada por una luz macabra, alta, con sombrero, sobretodo y piernas muy largas, quiso correr, pero el miedo lo paralizo, de repente unos ojos rojos como el fuego se posaron en el y todos sus pesares se fueron. Quien era esta figura demoníaca? Acaso sus plegarias para que su sufrimiento acabara habían sido oídas pero no por los dioses si no por los demonios?

Pero allí estaba, petrificado, queriendo huir, pero temía que si daba la vuelta y dejaba de ver a esta figura dantesca algo sucediera, pero acaso no quería terminar su sufrimiento? O eran solo pensamientos del momento? Lo cierto es que esa figura seguía mirándolo fijamente y curiosamente el se sentía bien, sin penas, sin dolores, sin angustias.

Cuentan historias, especialmente de la antigua Grecia que ciertos Dioses tenían sus formas misteriosas de actuar, por ejemplo Zeus solía convertirse en ave para aprovecharse de las damiselas cautivas, sería esta figura un enviado de Dios del infamundo? O seria el mismísimo Hades disfrazado en una forma misteriosa.

De pronto esta figura misteriosa empezó a acercarse a él, el joven temblaba de miedo, sudaba a cántaros, pero cuando trataba de huir era como si algo lo atara a ese espacio de calle donde estaba, trato de gritar, pero la voz no le salía, empezó a mirar para todos lados, pero solo veía oscuridad, la única luz que veía era la de esos ojos demoníacos acercándose a el, imploraba que no le sucediera nada, pero es que todos alguna vez deseamos la muerte, pero cuando esta llega, no la aceptamos, pensar que es lo único seguro con lo que nacemos en esta vida.

Maldita, mil veces maldita pensaba dentro suyo. Pero a la vez pensaba que la amaba y que si la perdía su vida no tendría sentido. Esperar a que ella cambiara nuevamente y fuera la mujer de la que el se enamoró? Era esta una opción? Ya no sabia que hacer.

Pero ya era tarde, tenía frente suyo el final que tanto imploro, el final que tanto deseaba, y en un arrebato sombrío y sin sentirlo su vida se apagó, solo alcanzó a ver los momentos más felices que compartió con ella, y finalmente con una sonrisa en sus labios y una lágrima en sus ojos su llama se apagó.

La leyenda cuenta que ella lo lloro tres días y tres noches, pero que luego siguió su vida con total tranquilidad es que obligar a alguien a que te ame porque eres feliz con ella no es una opción. Piensa que primero debe estar tu amor hacia ti mismo, y luego si podrás ser amado por alguien más......

Fin.