Confinado en esta cárcel en penumbras siento mi alma derrumbarse, la soledad se ha vuelto un estilo de vida para mi. No hay hora del día en la que me sienta desolado, destruido y devastado. No hay día, por más soleado que sea que lo sienta gris y frío.

Esta soledad más que una sensación, se ha vuelto un estilo de vida. Por más ruidosas que sean las calles de mi ciudad siento que vago en un callejón oscuro, penumbroso y que en cualquier momento los demonios de la ansiedad y el desasosiego se apoderaran de mi alma.

La soledad me carcome los huesos, mi piel, cada día esta más resquebrajada y   agrietada, el frío que acompaña esta soledad se mete en lo más profundo de mi ser ocupando cada rincón de mi cuerpo.

Pensamientos oscuros y tenebrosos llegan a mi mente; será que si acabo con mi vida este sufrimiento llegara a su fin? No lo creo, dice la antigua mitología que en el inframundo hay un lugar lleno de sufrimiento y pesadillas para quienes acuden a esta práctica.

No siempre fue así, hubo una época de mi vida en la que me sentía feliz, acompañado y creí tener amigos, viajes, fiestas, cenas numerosas, pero todo corría por mi cuenta, jaja cuando caí en desgracia todos esos amigos desaparecieron,  ahí me di cuenta que nunca existieron

Cuando llegamos a este mundo, lo único seguro que tenemos es la muerte, desde el momento que nacemos sabremos que vamos a morir, cuando? Como? Es un misterio. Siempre fui una persona solitaria, en mi escuela, era el típico niño al que le hacía  bullying por su tamaño, si hay algún ser cruel y despiadado son los niños, pero no esos inocentes, esos que creen que burlarse de los demás les da sensación de superioridad.

Mi soledad se ha caracterizado por un falso sentimiento de estar alegre, para mi infortunio siempre he creído que la soledad se cura con una pareja. Pero la felicidad no depende de nadie, la felicidad está dentro de ti. Hay que amarse uno primero para poder entregar tu amor a otra persona. Siempre he cometido el vanal error de creer  que mientras más costosos sean los regalos que des más te van a querer, craso error.

Quien te quiere te lo demuestra, hace lo imposible por estar contigo, por verte, quien te quiere disfruta hasta un vaso de agua en un parque contigo, no te va a pedir nunca que la lleves al restaurante más elegante y costoso de la ciudad, ni que le regales la joya más cara que puedas conseguir.

La soledad, aún cuando tienes a alguien  a tu lado se disfraza de alegría para destruirte, esa persona que te pide regalos, joyas, viajes, cena y ropa cara solo llego para hacerte sentir más miserable de lo que ya te sientes. El amor no se mide con la cantidad de regalos que le puedes dar durante un tiempo a esa persona que “te acompaña”. El amor se mide en calidad de tiempo compartido, el amor tampoco es cuantas veces al día tienes sexo con esa persona.

Decía un viejo ermitaño, –Quieres conocer el amor verdadero? Solo observa la mirada de una pareja de aves en pleno ritual de cortejo, mira los ojos de las madres viendo a sus crías, mira la fiereza con que una madre defiende a su cría cuando esta enfrenta el peligro, solo allí descubrirás el verdadero amor–

No se si estas líneas ya se vuelven tediosas o si quizás ya estoy hablando desde mi propia experiencia, solo se que la soledad es un estado en el que por muy acompañado que estés, siempre te vas a sentir vacío, siempre vas a sentirte inconforme, siempre........ vas a sentir que te falta algo........

Fin...... de la vida? Quizás......