A mi hijo
Noviembre/13/2014
El destino se ha empeñado en que vivamos separados.
Ese viejo árbol que yace junto al río no puede erguirse. La corriente lo inclina pero a su raíz, ¡no!
Cuando sonríes, crece lo más sublime y...nacen rosas.
Es como lluvia que cayéndonos sobre la piel no moja. Es negra oscuridad rebozante de luz.
El rayo abruma y al cesar la tormenta, ¡lloran los sauces!
Amanda baila como las bellas aves que baten alas. Su ritmo es como viento incansable y tenaz.
¡Pobre Arlequín! lloran tus ojos… aunque en tu rostro exista la sonr… sólo es tuyo el lamento de la bris… que con amor y gran ternura vistes… ¡Tú, mi Arlequín! que escasamente…
Viejo reloj, que gira sin cesar, evoca al tiempo.
Marqué en la arena los instantes vividos con añoranza. Y fue el viento travieso quien guardó mis memorias.
Era una noche oscura, noche de nie… Apuré mis pasos errantes hacia don… como harían tantos amantes furtivo… Oigo una música sutil allá en la d… Todo mi ser estaba contigo.
Los sentía tan cerca, que sus corazones latían junto al mío y sus risas... sus risas
¡Cuantas historias! Una mirada así, lo dice todo.
¿Habéis pensado alguna vez que cuando nacemos somos ricos? La riqueza no se mide en dinero, se mide en tiempo, que es, el que en definitiva,
Cae la gota sin saber su final. Turbio destino.
El silencio habla y también ensordece cual vulgar ruido. Podemos escucharlo si aprendemos a oír.
La decepción, tanto desengaño y desilusión. Es la gran frustración, el fiasco de la vida.