Haiku 48
Mayo 26/2019
Siento tu risa como ese eco distante que se aleja en la frialdad de cada invierno. Y tu voz...
La lluvia moja, cala el alma, la piel, turba mi mente. Siento el jugueteo húmedo que viene y va... y se seca.
En su alma simple, cuanta veracidad encierra un Haiku.
Para mí, “el paraíso” puede ser, simplemente, apoyar la cabeza
Amanecer de un domingo gris, lleno ¡de abrazos! ¡de despedidas!
Te di la vida y te amo como nadie. Quiero tenerte, saberte cada día, darte siempre mi abrazo.
Miro al espejo más, no me reconozco y sonreí. No era yo, es una imagen que sólo me contempla.
Cuando dormimos, vuela nuestra conciencia, si...¡no hay insomnio!
Dime hermana... ¿A dónde has ido? ¿Al cielo, a las nubes, a las estrellas?
Vuela aquella golondrina por los c… esperaba ansioso sus plegarias. La golondrina sin rendirse, vuela… El canto poco a poco se fue convir… Y el río... el río ya no podía llo…
Con un suspiro, libero tantas cosas, tantas, ¡que floto!
En mármol frío reposan estos versos. Dejad que el viento me lo cuente al entrar por la ventana.
El rayo abruma y al cesar la tormenta, ¡lloran los sauces!
El pajarillo, entona su tristeza. ¡Desde la jaula!
No soy perfecta, la perfección no es vida. Es obsesión, y eso, ya es un defecto. ¡Errar para vivir!