Febrero /02/2015
Fueron tus manos, incansables y férreas parando el tiempo. La Odisea de Ulises tu consuelo final.
Algún día padre, me darás tu mano. Y yo también,
Cae la tarde y me sorprendo contemplando el ocaso del día, cuando una brisa fría y húmeda me estremece.
Todo segundo, es parte del pasado en cada instante.
Las hojas secas se pierden junto al viento; ¡Adiós otoño! Y pleno de aire gélido llega el cálido invierno.
Gran río azul de aguas verdes y frías. Corre tranquilo, aunque el peso de tu profundidad te agobie.
Regreso como cada día por esa calle tan habitual, siempre a la misma hora, como inevitable rutina a la que nos somete la vida. Encima de mí, un cielo de invierno donde no se oye el cant...
En mármol frío reposan estos versos. Dejad que el viento me lo cuente al entrar por la ventana.
Abren sus pétalos. esas flores tan tristes, "Si llora el cielo"
En hoguera de melancolía hundo mis manos, y comienzo un intenso conjuro entre mi alma y yo.
¡Cuanta hermosura! río, árbol, viento, flor. Lluvia de abril.
Miro al espejo más, no me reconozco y sonreí. No era yo, es una imagen que sólo me contempla.
En el silencio, mi oído siempre alerta, siente al fin... ¡paz!
Amo a la brisa, quiero abrazarla siempre. Mis brazos sufren en el intento y caen desolados, vacíos...
Tanta nostalgia anclada en el recuerdo. Vid goteando, y el río desbocado en su frío deshielo.