07/26/2018
Noche de insomnio, gotas de agua que caen. ¡Quiero dormir!
Amiga mía, desde la bella Atenas, siempre "cercana" Os envío estos versos y os digo: ¡mil gracias!
Hoy he caminado descalza sobre la hierba húmeda. Lo hice, cerrando los ojos,
Ese viejo árbol que yace junto al río no puede erguirse. La corriente lo inclina pero a su raíz, ¡no!
Siento tu risa como ese eco distante que se aleja en la frialdad de cada invierno. Y tu voz...
Ese sonido de las pisadas sobre las hojas secas. Esconde una sensible melodía que encanta.
Las hojas secas se pierden junto al viento; ¡Adiós otoño! Y pleno de aire gélido llega el cálido invierno.
Te fuiste un día, y hoy, logro recordarte ¡al fin!...serena.
La carne muere, envejece y nos duele como los años. El alma, siempre viva, nos impide morir.
Si perdonamos, liberamos el alma y nuestro ser. Pero sólo, si lo hacemos de verdad.
Cuando el instante, la casualidad o el amor se acoplan; entonces, viviremos, entonces, ¡Naceremos!
¡Qué solitarias emergen las espigas de entre las ramas! Entre nubes, sus largos tallos al sol invocan.
Cae la tarde y me sorprendo contemplando el ocaso del día, cuando una brisa fría y húmeda me estremece.
La margarita no perdona "al amor" ¡Por deshojarla!
Hoy ¡al fin!, he secado una lágrim… “ la mía”