Mayo /21/2016
#Tanka
Gran río azul de aguas verdes y frías. Corre tranquilo, aunque el peso de tu profundidad te agobie.
Cuando me abrazas, la vida se detiene. Es el consuelo de unir nuestros latidos y entregarnos los dos.
Y yo aún aquí, mientras canta la alondra y nace el día.
Dime hermana... ¿A dónde has ido? ¿Al cielo, a las nubes, a las estrellas?
¿Noche de estrellas, luciérnagas y luna? ¡Todas me alumbran!
El silencio habla y también ensordece cual vulgar ruido. Podemos escucharlo si aprendemos a oír.
Viejo reloj, que gira sin cesar, evoca al tiempo.
—Dime q me quieres, que me extrañas. Dime que me necesitas... —Te quiero, te extraño,
Te di la vida y te amo como nadie. Quiero tenerte, saberte cada día, darte siempre mi abrazo.
El pajarillo, entona su tristeza. ¡Desde la jaula!
No soy perfecta, la perfección no es vida. Es obsesión, y eso, ya es un defecto. ¡Errar para vivir!
Cae la gota sin saber su final. Turbio destino.
En mármol frío reposan estos versos. Dejad que el viento me lo cuente al entrar por la ventana.
Así, se nos va la vida. Así, nos llega la muerte...
Su rostro pálido y curtido con profundas arrugas, endurecían su semblante, poniéndole una máscara a su realidad. Cada día, reunía los céntimos recaudados para tomarse un café en el bar ...