Despertar de un sueño de olvidos
de nacidos sin pan, sin padres,
de madres sin hijos y de hijos
huérfanos de ambos sonidos.
Olvidar enclaustrado en la celda
de la cárcel de los cinco sentidos,
me pierdo sin ropas y descalzo
mis pies, pierden paso a paso el camino.
Tú que estás por llegar, elogiado
como a un rey montado en su caballo,
eternizas el momento del despido,
elongas la espera del corazón dolido.
Ancho es el campo y la dehesa
que recorro, a prisa y fornido
bajo poco a poco para quedarme
al final enjuto, y en los huesos podridos.
Tú, que te sueño y luego te olvido,
despertares de madrugada siento
huyendo del viento que provocas
a mi paz, a mi sueño, a mí mismo.
“SENDEROS”
Alfonso J Paredes
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