Micropoema.
El Anverso del verso ©2023 Alfonso J Paredes
Pensando en la libertad, un pueblo… lágrimas de sal, verde campo sin p… sin palabras, sin esperanzas, verd… a los hijos que, de sus pueblos, s… Un viejo sentado en el umbral de s…
Llevo tumbado en mi lecho, demasia… la lluvia ya no resbala por mi ven… pues tengo clavado en mi pecho, tres muertes y el puñal que la pen… «Quiescis mortem»:
En su rostro terso y sin espigas la luz de sus calles ilumina una g… la luna es apagada con el calor de… que en sus aguerridas entrañas se… Una mujer con una toquilla de colo…
Poesía..., si yo tuviera que descr… diría que eres como mi alargada so… ¡qué placer produces cuando me nom… En ningún sitio en particular para… Ninguna circunstancia circunspecta…
Al Sol se le ha olvidado un rayo, lo ha perdido mientras deslumbraba al albor o al ocaso, miradas de mayo, se le cayó mientras sembrabas.
¿Quién a mí me manda meterme en estos laureles, que desde la Plaza de Cibeles y el Paseo de Recoletos, no pueden quedarse quietos
El otro día, «me corté yo misma el pelo» con un escarpelo, con precisión quirúrgica, me coloq… «un negro velo».
La soledad no es mía tiene vida propia y se retroalimen… te envuelve como en una toalla y t… durante demasiado tiempo. Es una sensación de compañía,
Calles desnudas del gentío son sus eternas brumas las que te… calles con nombres inverosímiles, calles despiertas, calles dormidas… Calles con sombra de balcones
ELEGÍA A MAIKA ROMERO Quisiera escuchar tu voz de tercio… y alabarte tus humildes y sabios c… mi corazón me duele por tu anhelo. No me duelen los momentos inolvida…
Aparto de mí las causas y me ciño… comprendo que el sufrimiento no de… ni que agravie a la mirada con su… ni tamaño vocerío que de fuerte a… El sufrimiento normal y aparente c…
Mar que te quiero mar, mar sereno, mar bravío, mar de sal con sabor a mar. Mar de lágrimas, sentimiento mío aguas saladas aguas de estío,
Cada vez que te miro a los ojos, descubro en tu mirada los momentos que pasamos, sin cruzarnos las palabras. Cada vez que abro la boca
Un año de cruel sequía, arrastrada por el polvo volaban ramas del este por las solitarias calles asfaltadas, solitarios
Tarde de ocaso el río se inundaba de sus reflejos Senderos. Alfonso J. Paredes