Cargando...

El río donde nacen las flores

Imagen de Hardebeck Media en Pixabay

             I
«Entre malvaviscos amanece el hielo:
debajo no hay nada de nada,
sino un gusano que sube el tallo de la flor».
 
El río:
 
como venas recorre el suelo,
un sosegado remanso de calma.
En su calabozo de agua
humedece, de la mano, la palma,
que no habla.
 
«Salpica el cielo una nube».
 
Los cormoranes regresan a su casa.
 
La lejanía:
 
El sol se funde entre el cielo y la montaña.
Basto paisaje que cierra el alba.
El NaranJo de Bulnes sus manos alza
hacia ese cielo color naranja.
 
«Horizonte sin fin».
 
                    II
 
¿Qué rio es este?
¿Qué camino recorre,
riega a su paso la azucena
y el hielo se deshace en el empíreo,
de ese remanso de aguas cristalinas?
 
Llegarán los aguadores,
con sus cántaras vacías
antes de que oscurezca,
vacían los acueductos para la adrada.
 
«Un camposanto que guarda las almas
desde que nacen, hasta que callan».
 
En el remanso el agua se desagua
ante el frío de la madrugada,
Agua inmóvil, agua mansa.
 
Presencian el acto que calma,
aguadores con sus garrafas,
esperando tan ansiada agua.
 
En sus orillas verdea el henequén
insumiso y despistado,
nace enraizando las piedras blancas.
 
Un solo cuerpo,
una sola alma.
Muchos brazos
desean sus aguas.
 
Surge donde surgen las palabras
y el alentar vigoroso empuja los marros
si tropiezan, desisten,
se transforman en meandros,
su verde, se para...
 
Se convierten en malvaviscos las plantas.
 
«Entorno real de las cosas».
 
Su color es sorprendentemente prodigioso,
se ciegan los ojos con sólo mirarlo.
 
Ágave concibe a Tebano Ponteo:
 
Sus artes se recogen como un niño en la cama.
Pasado el tiempo
nace una flor violeta sin igual.
 
Exhibe su pistilo esperando una abeja,
fecunda y pica.
 
«Entonces muere...»
 
Poem and Rhápsody ©2022
La fina piel de la cáscara (poem)

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Alfonso J Paredes...



Top