2015
Duele tu ausencia, Mi soledad escondida En el deseo de tu piel Duele saberte lejos, Entre otros brazos,
te veo tu aire solemne tus ojos fijos en otro mundo en el tuyo
Lluvia, autos, ruido Ómnibus que van y vienen Jueves en Montevideo Café, música, suspiros Las horas pasan
los pendientes infinitos el anhelo incompleto suspendido en el aire y la punzada aguda de saber para siempre
mi muso ignorante el numen profano de esta alma mendiga que implora sosiego a cambio de versos ignotos
Me muero de las ansias reprimidas y de las palabras censuradas
Quiero embriagarme con el sabor áspero de tus besos impacientes que hoy no son más que una foto en sepia
Es acaso posible Convivir con este impulso reprimid… Con estas ganas apagadas a la fuerza Se puede acaso dejar de desear
En la tenue oscuridad hay tres sofás y desconocidos sin rostro que salen y entran Las manecillas
Ya no más Ya no juegan al fútbol los niños en la calle Curiales Las risas se ahogan en el vértice del tiempo
Te pienso Estás alejado Absorto en otras personas en otros mundos
Y yo aquí, así, un suspiro Un anhelo y la espera Y las ganas de que pienses En mí como yo en ti Y tú allá, así, quién
Es un suplicio como una sed inextinguible en el desierto árido y vasto sin tener al alcance el oasis de tus labios
no es soledad no es tristeza ni amargura es el vacío de una ausencia
qué incómodo el sonido perpetuo de los grillos lamentándose en la noche eterna y calurosa de un diciembre cualquiera