Te veré partir Sin verte llegar Te veré partir Con el futuro sonriendo Y yo acá, quedándome

Duele tu ausencia, Mi soledad escondida En el deseo de tu piel Duele saberte lejos, Entre otros brazos,

¿En qué me has convertido? Me has despojado violentamente de todo vestigio de razón ¿En qué me has convertido?

Me muero de las ansias reprimidas y de las palabras censuradas

El cielo, las estrellas Las cenizas que todo lo cubren Cubren la noche, El suelo, el mar, Cubren mi alma

Las puertas de mi bóveda ansiosas anhelan abrirse con el tacto helado de tu llave de plata

Pica, duele, arde Esta ansia inconclusa El párrafo sin punto final Que muere en mitad de la frase El cuento sin desenlace.

Llamame Ya no me importa ser esa ilusa que se sienta a esperarte

Me pregunto Si en algún mundo alterno El espacio y el tiempo Fueron benignos Si sentí tus labios

Vos y yo somos cómplices De una noche impronunciable Casi inexistente Como un sueño difuso Que mágicamente compartimos

Noche de sábado Bullicios afuera Una música lejana que suena y suena y no para

En la tenue oscuridad hay tres sofás y desconocidos sin rostro que salen y entran Las manecillas

Quiero beber del licor febril de tu ser Quiero devorar el manjar prohibido

poemas muertos palabras perdidas en mis noches en vela versos que pasean en la calesita eterna

Oscuridad Luces en una terraza Suspendida en el aire La brisa de un verano Moribundo