#Españoles (1961) Sin con convencimiento esperanza
Voz que soledad sonando por todo el ámbito asola, de tan triste, de tan sola, todo lo que va tocando. Así es mi voz cuando digo
Son las gaviotas, amor. Las lentas, altas gaviotas. Mar de invierno. El agua gris mancha de frío las rocas. Tus piernas, tus dulces piernas,
Esperanza, araña negra del atardecer. Te paras no lejos de mi cuerpo abandonado, andas
Cuando tengas dinero regálame un a… cuando no tengas nada dame una esq… cuando no sepas qué hacer vente co… —pero luego no digas que no sabes… Haces haces de leña en las mañanas
Cuando estoy en Madrid, las cucarachas de mi casa protesta… La luz no las anima a salir de sus… y pierden de ese modo la oportunid… mi dormitorio,
Para que yo me llame Ángel Gonzál… para que mi ser pese sobre el suel… fue necesario un ancho espacio y un largo tiempo: hombres de todo el mar y toda tier…
El otoño se acerca con muy poco ru… apagadas cigarras, unos grillos ap… defienden el reducto de un verano obstinado en perpetua… cuya suntuosa cola aún brilla haci…
Durante muchos siglos la costumbre fue ésta: aleccionar al hombre con historias a cargo de animales de voz docta, de solemne ademán o astutas tretas…
Si tuviésemos la fuerza suficiente para apretar como es debido un tro… sólo nos quedaría entre las manos un poco de tierra. Y si tuviésemos más fuerza todavía
Todo lo consumado en el amor no será nunca gesta de gusanos. Los despojos del mar roen apenas los ojos que jamás —porque te vieron—,
Ninguna era tan bella como tú durante aquel fugaz momento en que… mi vida entera.
Noche estrellada en aceptable uso, con pálidos reflejos y opacidad lu… vieja chistera inútil en los tiemp… como escuálidos galgos sobre el mu… definitivamente eres un lujo
Otro tiempo vendrá distinto a éste… Y alguien dirá: «Hablaste mal. Debiste haber cont… otras historias: violines estirándose indolentes
Meriendo algunas tardes: no todas tienen pulpa comestible. Si estoy junto a la mar muerdo primero los acantilados. Luego las nubes cárdenas y el ciel…
Sí: la realidad propone siempre sueños… mas sólo uno entre muchos elige la… De quien madruga a verla, y no del sol,