Fue el último adiós,
el último beso,
el último abrazo,
la última vez que sostuve tus manos inertes,
porque no te habías ido,
pero ya no estabas.
La certeza de no volverte a ver como eras,
es la única que pesa más que la incertidumbre.
Aprendí a Vivir sin ti,
pero duele tanto...