#EscritoresEspañoles
Por saber tuyo el vaso en que bebí… Una tarde de junio lo rompiste. Bebió la tierra el agua, limpia y… Y ahora tienes la sed que no tenía… Quizá otra vez vendrán tus buenos…
Cuando en octubre amor por la semi… conspira con abril de la mirada me subyugó una rosa equivocada: si verde corazón, tez amarilla. De una la noche en otra maravilla
Atardeció sin ti. De los cipreses… A las torres, sin ti me estremecía… Qué desgana esperar un nuevo día Sin que me abraces y sin que me be… A fuerza de tropiezos y reveses
Tengo la boca amarga y no he mordi… El alma, atroz, y la canción, tron… No sé qué fuerza traigo en la mira… Ni qué traigo en mi cuello, de ven… No sé ni cómo ni por qué he venido…
Mi cinturón aprieta tu cintura, Y tu sonrisa, mi corazón. Sobrevolamos las islas indecibles Y a nuestro paso las nubes se disi… ¿Cómo regresar al beso la armonía
Arrebátame, amor, águila esquiva, Mátame a desgarrón y a dentellada, Que tengo ya la queja amordazada Y entre tus garras la intención ca… No finjas más, no ocultes la exces…
Tú me abandonarás en primavera, cuando sangre la dicha en los gran… y el secadero, de ojos asombrados, presienta la cosecha venidera. Creerá el olivo de la carretera
Por mi cuello tu mes de abril resb… Y su música templa mi recelo. De tu mano pasea amigo el cielo Y en mis hombros sus cármenes inst… Tu alegría desata tu rehala
Era invierno; llegaste y fue veran… Cuando llegue el verano verdadero, ¿Qué será de nosotros? ¿Quién calentará el aire Más que agosto y que julio?
Durante un anochecer en esta playa… Que una respiración Para los dos bastaba. Suspendieron el mar, para mirarnos… Su armonioso escalofrío,
Ya nunca más diré: “Todo termina”… Sino: “Sonríe, alma, y comencemos… En nuevas manos pongo nuevos remos Y nuevas torres se alzan de la rui… Otra alegre mañana determina
¿Cómo comer sin ti, sin la piadosa Costumbre de tus alas Que refrescan el aire y renuevan l… Sin ti, ni el pan ni el vino, Ni la vida, ni el hambre, ni el ju…
A trabajos forzados me condena mi corazón, del que te di la llave… No quiero yo tormento que se acabe… y de acero reclamo mi cadena. Ni concibe mi mente mayor pena
Quién pudiera morderte lentamente Como a una fruta amarga en la cort… Quién pudiera dormir en tu asperez… Como el día en la sierra del ponie… Quién pudiera rendir la hastiada f…
Ahora ya sé que no vendrás, pues m… pasea su vacilante noche por las p… y la ropa puesta a secar es toda n… y una campana agujerea las horas. Ahora ya sé que no vendrás