(1816 - 1879)
De “Historia de la noche”
#EscritoresArgentinos
Recuerdo que una vez conversé con…
Sospecho que la obra capital de cu… Quedan los discutidores Ensayo… La impresión inicial es del todo i… o con esta cuarteta: de Archanda nuestra la que alegra…
El hombre que desembarcó en Bueno… Ciego a las culpas, el destino pue… A la realidad le gustan las simetr… Nadie ignora que el Sur empieza d… En el hall de la estación advirtió…
La idea de que uno va a desaparece…
La imagen de aquel pueblo lapidado y execrado, inmortal en su agonía, en las negras vigilias lo atraía con una suerte de terror sagrado. Bebió como quien bebe un hondo vin…
En la página 278 del libro La poe… Imaginemos, sub specie aeternit… No fue un traidor (los traidores n… Cuando leí en el libro de Croce l… En 1872 mi abuelo Borges era jefe…
Antes que el sueño (o el terror) t… mitologías y cosmogonías, antes que el tiempo se acuñara en… el mar, el siempre mar, ya estaba… ¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel…
Para mí la clase media es una clas…
Cuando los relojes de la media noc… Un tiempo generoso. Iré más lejos que los bogavantes d… A la región del sueño, inaccesible A la memoria humana.
La luna ignora que es tranquila y… y ni siquiera sabe que es la luna; la arena, que es la arena. No habr… cosa que sepa que su forma es rara… Las piezas de marfil son tan ajena…
Recuerdo mío del jardín de casa: vida benigna de las plantas, vida cortés de misteriosa y lisonjeada por los hombres. Palmera la más alta de aquel cielo
Dakar está en la encrucijada del s… El sol nos tapa el firmamento, el… He visto un jefe en cuya manta era… La mezquita cerca del biógrafo luc… La resolana aleja las chozas, el s…
En aquel preciso momento el hombre… Qué no daría yo por la dicha de estar a tu lado en Islandia bajo el gran día inmóvil y de compartir el ahora
María Kodama lo descubrió. Pese a… Lo miro. Siento que es una parte… Lo miro. Pienso en aquel Chiang… Lo miro. Pienso en el artesano qu… No sé si vive aún o si ha muerto.
Lo dejo en el caballo, en esa hora… crepuscular en que buscó la muerte… que de todas las horas de su suert… ésta perdure, amarga y vencedora. Avanza por el campo la blancura