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Mano Amiga

Me adentré por la frondosa arboleda
al oír lejano, a un pájaro cantor.
Irradiaba el día su grato verdor
sobre la angosta y salvaje vereda.
 
Un denso follaje, en el que yo pueda
esconder un poco de mi temor,
es también, morada del ruiseñor
que le canta a mi corazón de seda.
 
Dulce melodía que el pecho me parte
en trocitos, que el viento desperdiga
por altas cumbres y por hondos valles
 
Y así, sin quererlo, podré abrazarte.
Y seré por siempre la mano amiga
que nunca te abandone, aunque me falles.
Preferido o celebrado por...
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