Cargando...

Miedo

Es una sensación extraña,
un temor diurno a
la quietud de la calma, a
los ruidos ordinarios,
los perros que ladran,
los coches, el cartero
o los vecinos.
Es un miedo de masturbación
pálida y
cama, retorcido entre
las sábanas
me encojo, alguna vez
consigo dormirme,
en otras ocasiones
fumo, fumo
mientras el día
se agolpa en mis pupilas,
como si el sol
martillease a un
olvidadizo vampiro
de ataud quebrado,
y el espanto se mezcla
con el humo y
la claridad
que inunda la habitación.
También telefoneo, y mis
pies machacan el suelo,
nervios de cristal
en la corriente mañana,
no sé, sé
que resulta ilógico
del todo ilógico, como si
fuese un cachorro
mimado que espera
a su amo,
me desespero
en la soledad
de la luz,
sí, de esta lumbre
emerjo a la
superficie de mi
clandestinidad, y
siento que ahora
estoy acicalando
una escapada mortal
desde una vida
que izada en blanca bandera
se ríe del verdugo,
del linaje de
las estrellas.
Quiero conseguir
la concepción
de un hijo,
del vientre de una sombra,
llamado mancilla,
es la respuesta a
la traición
que contraigo conmigo
en la centella del pánico
arrollador.
Fantasmas, que alborotan
con sus risotadas,
en casa
un temblor me agarra
en la angustia
tributada al apéndice carnal,
sostén de acceso
al beso
del pintalabios rojo y,
el amanecer es
cualquier otro día
con el carisma
de la pesadumbre, y
también la canción
que traga
que arresta, que
disimula el instante
cuando ataca
el terror
al desamparo del grito,
cuando
invoco con pausa el orden
que creo he de encontrar
en cada motivo
cercano a mí, de esta
recién estrenada fortaleza.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Borja Parra...



Top