Visceral Drugs 2005
Lluvia tus manos rodadas
cuando me coges la polla con ellas,
pensativo, llego a recordar
tus dudas, no me creo capaz
de besar otros labios más anchos,
tampoco esa estrella sonreirá hoy,
anclada en la nostalgia.
No es más cierto sucumbir. Búscame
en una cueva de hielo. Estás en mí
como una piedra del campo clavada
en el pie, haciéndome daño,
me haces daño, me he corrido sobre
el culo de una página y tengo una foto
agarrándome el pene guardada en
el móvil, para enseñársela a algún
homosexual y ya no descifro lo real,
mátame por ello.
Voy en la manada de los pervertidos,
ella me dió por el culo con un vibrador
para meárseme luego sobre el pecho,
¿serán suaves sus besos?, como, cuanto,
la quiero. Y todo lo que me hace, otro
destrozo de lo que construyo, tengo
que alcanzar la pica de la pirámide,
beber del manantial de su entrepierna,
caudal de gloria. En el pasado tuve
muchas oportunidades, ahora te tengo
a tí, y quien eres no lo sé,
un polvo de magia, rabia, destellos
son mis oraciones cuando crepitan en
la chimenea y los libros, y las maravillas.
