#Guatemaltecos #Mujeres
Me disuelvo en la magia giro en medio del fruto pulposo
Nada he sido nada soy sino escondida isla sin pájaros ni habitantes
Yo imaginaba peces inverosímiles bajo ese mar que era –entre ocres… de un verde titubeante, cuando el ferry ancló en Ellis Is…
Aún deseo mis antiguos tiempos fetales, en que fui pez opalescente y ciego.
Tengo miedo. Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando
The cloisters Camino por los claustros —piedra y columnas— recordando al orgulloso unicornio que no quiso subir al Arca de Noé
Con ecos de casa vacía resuena tu nombre y se pierde en el laberinto de mi lengua. Desde este túnel
El invierno comenzaba, apenas, a mostrar su cuerno —largo y temible— de unicornio ciego. Inquietante,
Amo mi casa por sus cuatro viejos costados llena de voces y ruidos: casa de adobe y machihembre que se queja por la noche
Me había sido tan ajena siempre, y hoy de pronto me descubre su color sencillo
A tu ancho cuerpo de jade y plata vuelvo, jinete de manos verdes y pleno cuerpo verde de fosforescencias nocturnas.
Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino.
Yo miraba tus manos e inventaba historias de aleteos sobre mis pechos, de roces suavísimos
Con sus garras de ónix, puntual, ordeña la muerte cada uno de nuestros días, y los sorbe insaciable
Times square Il pleut dans mon coeur... Verlaine Bulle la colmena —sin aparente propósito—