#EscritoresEspañoles Carolina Coronado
Aquí ha vivido al pie de la corrie… conmigo nada más la golondrina; ¿quién pudo en ese vasto continent… el nombre repetir de Carolina? ¿quién os dijo que canto tristemen…
Nada resta de ti... te hundió el a… te tragaron los monstruos de los m… No quedan en los fúnebres lugares ni los huesos siquiera de ti mismo… Fácil de comprender, amante Alber…
Antes que por la lluvia fecundada arde la tierra al sol de primavera… que apresurando su veloz carrera, muestras la luz de mayo anticipada… queda la yerba mísera abrasada
Emilio, ¿qué ha sucedido? ¿qué me tienes que decir? ¿qué ha pasado? ¿qué has oído? ¿dónde anduviste perdido? ¿cómo tardaste en venir?
Y cuando ya no veas las playas españolas que tan tristes y solas van a quedar sin ti, cuando estés en la nave
Turbóse el azul del cielo. Y las lluvias anegaron las semillas que en el suelo los labradores dejaron. Huéspedas de mi patria en el veran…
Cuando exhala de esa suerte vuestra Lira dormitando un eco tan dulce y blando ¿a qué queréis que despierte? Dejadlo siempre soñando.
Ya no veo la alegría, de tristeza me sustento; no hay dentro del alma mía más que amor y abatimiento. Me acobarda mi pasión;
¡Oh Dios! nacer mujer es triste c… desventurada suerte nos rodea, ¡Ay infeliz de la que nace hermosa… Y ¡ay infeliz de la que nace fea!
Ruéganme que sin enojo estampe mi firma aquí; tomo la pluma, la mojo, sacúdola y hago así.
Y en tanto que la turba descreída se mofa de lo bello y de lo santo, Mi loca fe, mi fanatismo es tanto, que de error en error desvanecida tomo por bella flor la hoja caída,
Corona ciñe el triunfador guerrero ¡Ay! ¡más corona a las naciones ca… es ésa que la gloria le prepara con la punta sangrienta de su acer… Tú, modelo del noble caballero,
¿Queréis formar un coro, hermosas las del canto peregrino, más dulce, más sonoro que el rumor argentino del agua y de los pájaros el trino…
Yo elijo la postrera de tus hojas, yo voy a anticipar tu despedida; ya blanco libro, que mi nombre alo… sabes cuál es tu término en la vid… ¡Ay! si también pudiera el alma he…
¡Jesús! la tremenda guerra que movéis a mis canciones me maravilla y me aterra. ¿No salen en nuestra tierra por las damas campeones