#Españoles #Mujeres
Nunca sabré de ti, y eso lo supe desde el primer encuentro. Esta certeza tiene tanta fuerza que es
Me dejaré morir en tu silencio, que de noche me diste de comer los frutos del cerezo en tu alcoba de sombras sangrantes de perfume
La mano en el saúco del leteo, la sombra sigue insomne de otra mano, una mano que nombra, que desbroza el camino,
Miré las aguas y vi su gesto grácil y vi en mis ojos su mirada y ardió el río con el dardo de amor,
Me he despertado de pronto, tú me estabas gritando enfurecido destrozabas la noche, rompías en pedazos la materia. He comprendido entonces
Se esboza la posibilidad de la hierba bajo su cuerpo: una brisa que insinúa el renacer. Pero siguen los mudos clavos tensando la separación. Nada entra ni sale de la boca del caballo. ...
Murió desintegrado, la cabeza en dos tajos, los sesos por el suelo todos desparramados. Murió como una estrella
El ojo de la noche descubre el pálido abandono y absorbe hasta el negro su blancu… He aquí un espejo vacío que alcanza
Torre del alma la morada más alta hacia ópalo el destello en vertical ascenso por el camino oculto
Mi vida es una brasa rodeada de muerte. De aquí no saldré más, nunca tuve valor... Cuando el amor
Cae la tarde y un rayo de sol se acerca a tus labios para comprobar una certeza y traspasar con luz
Cayó una estrella verde ante mis o… y sus chispas naranjas señalaron el camino. Los abedules se apartaron. En mi vagar solitario por los bosq…
Se arranca el perro asirio de las… y, a su primer aullido, luna y estrellas hacia el sueño as… mientras el sol, aún desde su negra efigie,
Médanos de la mente, Formaciones fugaces de la memoria, Ahogo y mansedumbre… El látigo del sol fustiga las hora… El tiempo alimenta la eternidad
Estuve con un joven y supe al fin lo que era el violento arrebato, la agilidad… cavidades melosas en la carnosa pu… suavemente entreabierta