#Mujeres #Nicaragüenses #SigloXX #SigloXXI
Digo amor y lacera mi cuerpo el desamparo.
Nunca más esta lluvia ni esa mancha de luz en el peñasco ni el borde de esa nube
¿Cómo será el encuentro? Descarnados los dos sin tu mirada sin mis labios posándose en los tuyos.
Mi laberinto es circular voy cavando en el aire con los ojos clavados en la muerte que me bebe
Desde tu ausencia llamo de tu exilio desde este viento sur que te convoca
Una mirada a veces un gesto entorpecido una frase un olor el beso que al unirnos
Hoy es noche de sombras de recuerdos-espada la soledad me tumba. Nadie que aguarde mi llegada con un beso
Barajando recuerdos me encontré con el tuyo. No dolía. Lo saqué de su estuche, sacudí sus raíces
Qué lástima que duermas y se interrumpa el diálogo y no sientas mi beso en tus ojos cerrados. Qué lástima tu infancia
Sobrevivo. Alegrovosamente so bre vi
Porque aprendí a quererme puedo sangrar con tus heridas.
Dame tu mano amor, no dejes que me hunda en la tristeza. Ya mi cuerpo aprendió
No preciso conceptos. No más divagaciones ni teólogos discursos que anestesien mi herida. Tus palabras preciso,
Has entrado al otoño me dijiste y me sentí temblar hoja encendida que se aferra a su tallo
Soy una gaviota solitaria con el ala tronchada abro un surco en la arena.