Mi querido no amor
Como puede una persona dejar que lo cautiven que remita que esos sentimientos ajenos no son
tan ajenos, que también los siente a flor de piel.
Que sus palabras son más cálidas que un día de verano en España, pero sus actos es el mismísimo huracán
con miles de muertos, pero en este estado solo soy yo la víctima; salir viva se puede ¿pero ilesa?
Me pregunto que tanto daño se puede hacer en un día para no querer emitir ni un sonido, que te duele el alma como si fuera a explotar, te arde como si el mismo sol estuviese en tu pecho y el infierno en tú mente.
¿es justo dar amor y recibir desconsuelo con gotas de amargura y de extra tortura?
¿es justo los escalofríos las lágrimas ardientes quemando las mejillas, y destruyendo la pestañita?
Se siente como un huracán, un juego, en donde no sabias que estabas jugando y te derrotaron en la primera
ronda, que mientras te preguntas;
—nunca decidí esto, tú oponente gane algo más que una victoria, que festeje con licor porque gano el dolor de una persona,
pero lamento decir que perdió más de lo que gano y el silencio y mi ausencia se lo
hará recordar.
Mi querido, NO amor.
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