Este lunes la fuerza de la incertidumbre me estaba matando, ¿estaba haciendo bien?, no quiero otro trozo de retal en mi vida, creo que estoy conduciendo por la izquierda.
Mi soledad se la he dado entre las sábanas, allí se tradujo en deseo y en una pasión jamás sentida.
Problema es mi segundo nombre, no entiendo como acepté esta propuesta tan loca.
Pensó en él, era un Dios en la cama, el puto amo, y esa cara acompañando ese cuerpo que parecía estar hecho por los mismos dioses, ella sabía que nunca podría amarle, ¿y si él se enamoraba? Mejor no pensar, quedaría otro viernes más y pensaría que hacer.
¡Por fin, viernes! Sin darse cuenta había estado pensando más de la cuenta en esa cama llena de pasión, su piel la hacía sentir como una nube, flotando en el espacio, se duchó rápido, se vistió con mimo, tocaron al timbre, abrió, cuando él entró, simplemente corrieron y se besaron con desesperación, el deseo los estaba matando, besos profundos, mientras las manos se deshacían de la ropa, hicieron el amor una y otra vez, sudorosos, riendo, Carlos dijo: hola María, ella riendo le contesto otro simple hola.
¿Una copa? El desnudo, estaba mirando hacia la ventana entreabierta, el cielo iluminado por la luna creciente estaba hermoso, la miró, joder, nunca había visto una mujer tan hermosa, tan bellas y con esa carita de bebé o de la misma perversión en la cama, –si, por favor, me encantaría tomar esa copa contigo. Continuará...