POESÍA JAPONESA
Siempre te amaré siempre contigo estaré en la vida como en la muerte allí contigo quedaré Siempre nunca lo olvides
En aquel callejón bajo la luz mortecina tu mirada se cruzaba con la mía. Ojos de serpiente boca de lava ardiente
Eres tan imbécil ¿de verdad creíste que no me daría… Tu cara de sorpresa me hace reír pequeño hombrecito puto ególatra ¿creíste que te iba…
Me tomé mi dulce tiempo provocándo… mordiendo su cuello apretando su trasero arrasando sus labios sentía sus gemidos
Más allá del horizonte granate, hay tierras yermas de alegría y ri… donde la ayuda se viste de trigo, y ramas de flores huelen a esperan… donde la humanidad es agua fresca.
Solo se dedicaba a decir lo bellas que eran sus letras. Halagos a sí mismo se dirigía. Envidia insana de las personas, que realmente escribían.
La niña andaba entre la nieve con un vestido rosa, destacaba en aquella blancura, un hombre que estaba en el bosque intentando cazar al oso que mataba sus ovejas, la vio y le pregunto: ...
Me pongo linda, quiero estar perfecta para esta ci… llevo la cara del matrimonio perfe… somos gente corriente de esos que se aman para siempre.
Algo peor que la muerte es depende… Necesitamos una ley de la dependen… No hay nada más amargo que querer… No es de extrañar que el suicidio… Me pregunto si alguien escucha est…
Voy a sudar balas por las mariposa… fuiste todo lo que nunca supe que… de tu boca gruesa, tan roja, tan d… besos hasta desgastarme aún me siento hambrienta de ti
Tengo ganas de hablar y gritarlo, pero aún me atenaza el miedo. Miro tus ojos y me quedo prendida de tu mente,
Déjame que bese tus parpados, que sienta el temblor de tus ojos al mirarme, el de tu boca al decirme buenos días.
La noche me devora malditamente me hace desaparecer nunca pensé que podía doler así hay cosas dentro de mi que necesito confesar.
Luces de noche disfrazan los canales, de enamorados. Guido Borelli. Ocaso de oro
El mar inmenso con los lindos corales, ¡Cuánta belleza! Miro alrededor mío cientos de peces