LATIENDO LOS CUERPOS
Cuerpos latiendo al compás
del ritmo de unas caderas
endemoniadas.
Besos dados con el ansía
del que está en un desierto sin agua,
desbordantes llenos del agua de un oasis,
lenguas arrasadas en esa saliva bendita,
en el fuego de ese infierno que nos lleva
al cielo.
Nuestra piel brilla como los cristales
de La Rosa del Desierto, atrapando energía
y fuerza nos damos de nuevo a otro asalto
de la pasión llameante que nos une.
En la estrellada noche con el silencio arropándonos
nuestros cuerpos se engarzan como una sola joya,
hay algo que brilla en este silencio, son nuestros torsos
desnudos, sudorosos, gotas de cristal caen por nuestro
cuerpo.
Arrastra nuestros ojos mirándonos el candente deseo
de sentirnos uno dentro del otro, de la posesión más
infernal, el brillo de la luna alumbra nuestro gemido
más animal.
La noche se convierte en un ensueño
lleno de magia, con mil aromas
a sexo, dátiles y azahar.
Piaciuto o affrontato da...
