Dori Gómez
(2015)
Hay pecados que son una delicia tan exquisita que no hay confesiones ni sacerdotes que puedan perdonar. Una vela roja recorre mi pecho
Yo protegeré tu corazón, haré que brilles como un diamante, te amo tanto, mira en mi interior, verás que rebosa mi corazón de amor por ti. Mira mi cuerpo que se estremece como brisa mec...
Nívea luna sobre el espejo blanco noche de invierno La lluvia verde otoño amarillento
Paseo Mujer del kimono de colores, con qué donaire llevas la sombrill… bajo las bellas shakuras rosas tú pelo resalta su negro azabache.
Cuándo me invitaron a la boda, sinceramente no me hizo mucha gracia, al fin y al cabo ya no eramos familia, hacía tiempo que me había divorciado, por otro lado si no iba pensarían que e...
No, no te dejaré aunque tiemble de miedo. Sé que siempre te querré, aunque la agonía me
Y, si ella cometió un error o mil… da igual, todo quedó atrás por qué ella era madre y persona con un sufrimiento tangible dibujado con tinta como un tatuaje…
Si me quieres ayudar hazlo, tendié… si me quieres ayudar no me juzgues… no me dejes destrozada, tirada com… Porque hasta llegar a ti para pedi… el dolor me ha retorcido las entra…
Grita mi nombre el viento en mi ventana me trae tu penar. Apenas roza el borde de la noche
En tardes cálidas respiro a hojas secas a brisas húmedas. En los arroyos corrientes cristalinas
Esa pena me cubre el cuerpo. Espesa, viscosa y negra como el petróleo. Y la quiero quitar. Porque quiero reír de verdad y no que un intento de sonrisa se quede en una mueca. Puede que e...
La flor de la Jacaranda es una copa de vino afrutado, algo curvada, como un beso que se vuelve mordida. Pétalos que son abrazos,
Soy un verso libre que solo sabe rimar con balas, que matan corazones dejándolos en un recuerdo que a veces está o simplemente se…
A piel descubierta me lanzo al vacío de tus brazos, besando el aroma bendito de tu boca. Acariciando tu piel
La niña avanzó hacia mí, sus ojos refulgían, su boca entreabierta. Me dijo con una naturalidad que me dejó petrificada: quiero tu sangre. Con ojos anhelantes, demasiado tristes para llo...